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De La Laguna al cielo


El CB Canarias se proclamó brillante campeón de la Basketball Champions League después de derrotar en la final al correoso equipo del Banvit BK (63-59) en un partido en el que los aurinegros fueron siempre por delante en el marcador, pero al que los turcos nunca le perdieron la cara.


Veinte victorias, cuatro derrotas y un empate han marcado el largo camino que ha conducido a los tinerfeños a conseguir el máximo entorchado de una competición inaugurada en Tenerife por la FIBA y que ha dejado una grata impresión entre aficionados y clubes participantes gracias a una gran organización al nivel de los grandes eventos del baloncesto mundial.


El partido de clausura transcurrió por los derroteros esperados. Desde el salto inicial, los Doce de Vidorreta le hincaron el diente al partido con una defensa asfixiante sobre el quinteto otomano, especialmente sobre su línea de creación que pasaba siempre por las manos del base Jordan Theodore que sólo se ausentó del parqué veintitrés segundos de los cuarenta minutos reglamentarios.


Los laguneros querían dominar el partido ante una afición totalmente entregada a la causa, pero los jugadores de Sasa Filipovski no permitían que los locales se marcharan en el marcador. Theodore lograba burlar a los defensas locales con buenos bloqueos directos de sus rocosos pivotes que también reboteaban con solvencia en ataque, igualando la contienda.


Sin embargo, nuestros hombres altos no se amilanaban y ofrecían resistencia bajo los tableros como así demostró durante los cinco minutos que estuvo en cancha el joven Mamadou Niang que anotó seis puntos, capturó cuatro rebotes y puso un tapón.


La ilusión y el coraje del bisoño jugador senegalés en el día de ayer personifica la actitud de un equipo que ha venido rumiando en silencio, a lo largo de estos meses de competición, una victoria que a principios de temporada nadie hubiera otorgado al combinado tinerfeño.


Al descanso del encuentro se llegó con una ligera ventaja de tres puntos del futuro campeón (34-31). El guion se estaba ejecutando con el tempo que se marcaba magistralmente desde la banda por el coach local, aunque algunas pérdidas de balón, especialmente en penetraciones al aro, incitaban al nerviosismo en la grada.


El segundo tiempo fue un calco del primero. Los Doce de Vidorreta cogían una ligera ventaja en el marcador y los de Filipovski contestaban con otra racha ofensiva que los volvía a meter en el partido. Las rotaciones en el banquillo local se sucedían mientras los visitantes continuaban apostando por el valor seguro de su estrella Theodore (17 puntos y 9 rebotes) y de su escudero Gediminas Orelik (13 puntos y 13 rebotes en 39 minutos).


Por momentos el encuentro se endureció por ambos bandos. Los árbitros dejaban jugar y el marcador de faltas permaneció casi inamovible hasta los instantes finales. La situación favorecía, en principio, a un equipo turco forjado para el combate cuerpo a cuerpo.


Pero los aurinegros jugaron una vez más la basa de la contención y la estrategia. Cargaron bien el rebote en ambos lados de la pista y lograron varios rechaces en los instantes finales que certificaron un partido disputado a cara de perro.


El CB Canarias venció en un partido duro siendo fiel a sus ideas: una defensa que dejó al rival en 59 puntos y una buena selección de tiro exterior con un 46% (12/26) en triples. Estadísticamente podríamos llamar la atención sobre los números de los jugadores destacados (Marius Grigonis fue el MVP de la final), pero hoy tenemos que volver a subrayar el trabajo del grupo, denominación de origen de un colectivo al que le aguardan nuevos y jugosos desafíos en la parte final de esta mágica temporada.


¡VAMOS CANARIAS, CAMPEONES EUROPEOS!


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